Hay tres situaciones en las que una empresa debería solicitar concurso de acreedores:

1. Cuando no puede pagar de manera generalizada.
2. Cuando deja de tener viabilidad.
3. Cuando necesita cambiar las condiciones de sus deudas.

No importan las razones por las que la empresa ha llegado a esa situación. Si no se puede atender a los acreedores hay que solicitar concurso. De otra manera se les dañará innecesariamente y el administrador puede tener responsabilidades perseguibles por la justicia.

• Protección del administrador ante posibles responsabilidades.
• Minimizar el daño a los acreedores.
• Poder seguir con la actividad y evitar la pérdida de puestos de trabajo.
• Proteger el patrimonio de los socios.

• Negociación y convenio con acreedores.
• Concurso con propuesta de convenio.
• Concurso con venta de unidad productiva.
• Concurso de acreedores con liquidación.
• Ningún cliente se ha arrepentido de solicitar concurso de acreedores.
• Todos piensan que debería haber acudido antes a nosotros.